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Las despec_hadas

decalogo de los celos

1º.-  Primero establece sí tu pareja tiene razones para estar celosa de ti, porque en ese caso no hablamos de celos, si no de que tu eres un pendón y ella está dolida, o viceversa.

2º.-  Sí se trata de lo establecido en el caso anterior, mejor enmendarse, si no se quiere que la relación termine cómo un vaso de duralex estampado contra el suelo.

3º.-  Ten bien presente, pues, que sólo podemos hablar de “celos” cuando no hay motivos para ello. Sí hay motivos, no se trata de celos.

4º.-  Sí tu pareja muestra celos y tu eres un dechado de fidelidad, lealtad y honestidad hacia ella, entonces sí se trata de un verdadero caso de “celopatía” y, lamentablemente, susceptible de ser tratado por un profesional. Sin un conveniente apoyo psicoterapéutico, la celopatía tiene mal arreglo.

5º.- No importa cuantas charlas coherentes y razonables tengas con tu pareja celopática, y cuantas veces te haya jurado por sus muertos que no volverá a suceder. Los dedos se le harán huéspedes por el más nimio detalle, y la bronca volverá a repetirse una y otra vez, menoscabando cada vez más la relación.


6º.- Sin un conveniente apoyo psicoterapéutico, la relación se hará insostenible. Tu autoestima cada vez estará más baja y su celopatía cada vez mas grave.
La buena voluntad, en estos casos, no sirve para nada.

7º.-  Sí tu pareja acepta la ayuda profesional e inicia una terapia, ten paciencia,
mejorará; y, con su mejoría, tan bien mejorará la relación; pero recuerda: Zamora no se hizo en una hora.

8º.- No hagas caso de frases tales cómo: “Dónde no hay celos no hay amor” “Mostrarse celoso es demostrar que se ama” “No hay amor perfecto sin celos” y otras similares, aunque las hayan dicho personas ilustres. La realidad es que los celos destruyen tanto a quien los padece, cómo a su pareja; son una falta de estima y de confianza tanto propia,  cómo de la pareja;  y tienen que ver poco o nada con el amor.

9º.- Sí tu pareja no atiende a razones y rechaza la ayuda profesional, plantéate muy seriamente finalizar la relación. De lo contrario, terminarás siendo tú, quién necesite esa ayuda; además de tener que soportar un sufrimiento continuo.

10º.- Y sí, desafortunadamente, tienes que optar por la ruptura, hazlo. No olvides que vale más un final con tormenta que una tormenta sin final.

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